16 marzo 2007

"Gracias"


No siempre las palabras mas comunes expresan lo que sentimos. Un "gracias" puede ser gratificante, aunque bien podría ser una respuesta comprometedora y cínica. Lo mío va mucho más allá de eso. Se trata de agradecer con gestos o, simplemente, con regalos que son únicos e irreproducibles. Ésta es mi manera de decirlo: haciendo uso de un don que, creo, sé aprovechar muy bien. Quiero que ésta -mi primera publicación- sea una plétora de emociones hermosas que me llegan a la cabeza desde el corazón cuando pienso en todo lo que hemos recorrido hasta ahora... Hasta el día en que este Blog nace como un regalo conmemorativo de los 367 días...


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Las opiniones contingentes pueden esperar. Ya habrá tiempo para comentar todo aquello que me llama la atención, que me molesta, me enorgullece, me perturba... Creo tener las suficientes ganas de escribir (siempre) como para estar seguro de que nunca experimentaré vacíos opinativos.


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Por lo general, espero cosas sencillas de la vida: buena salud (para mí y los que me rodean cotidianamente), un buen vivir (que incluye más que nada a la parte económica: sueldo, trabajo, vivienda) y alguien que me quiera. El amor a veces es negado o relegado a planos más alejados de las prioridades, pero yo no estoy de acuerdo. Pienso que es el motor que mueve al mundo; y no hablo sólo de amor de pareja, sino que de toda la gama que se puede apreciar de un sentimiento tan profundo y alentado. Es por eso que, desde ya hace tiempo, he perdido el temor a confesarlo: tengo la necesidad de amar.


Saciar esa inquietud interna puede resultar sencillo, porque no siempre se sabe cómo canalizar el deseo, las ganas, el ímpetu. Yo anduve buscando mis formas. ¿Placeres de una noche? Una opción tentadora que rinde frutos en el corto plazo. No niego que lo hice, una, dos, tres veces. Fueron sensaciones placenteras que, además, dan la opción de mantener lazos con personas interesantes. ¿Formar relaciones amorosas? Es una alternativa a la que muchos recurres, aunque quizás inconscientemente. Yo tamién la consideré en más de una oportunidad. Sin embargo, la experiencia demuestra que, mucho más allá de saciar las ganas de amar y ser amado, es una bomba de tiempo que estalla siempre en las propias manos.


Absurdamente, quise engañarme. ¡Engañarme a mí mismo! (¿puede haber algo con menos sentido?) Me enredé con corazones que, al poco andar, develaron un aura oscura que me turbaron la paz y el pensamiento. Los momentos agradables no se niegan -y se guardan como lo más valioso de las relaciones que se van- pero el acoso y la presión son más fuertes. Tras vivir la desagradable experiencia de aentirme arrepentido por haber intentado algo con una persona desequilibrada emocionalmente, llega el momento de la reflexión: "quizás no haya alguien indicado para mí"; o, peor aún: "tal vez no sea el tiempo para pensar en las cosas del corazón".


Después de la tormenta, las pasiones se liberan. La carne se sintió muy alimentada con el vigor de cuerpos que se entregaban quién sabe por qué motivaciones personales; y, no obastante, mi corazón no se consideraba satisfecho. Llegada cierta etapa de la vida, el sexo no lo es todo. Cuesta creer que se puea pensar así, pero suele ser un sentimiento recurrente en personas que, como yo, aspiran a algo más integral de la vida y de los amores.


Y en medio de esa turbulencia, me di cuenta de que no era necesario hacer tanta teorización sobre las cosas del corazón. Había pasado mucho tiempo reflexionando sobre mi actuar, sobre las intenciones de los demás, sobre mi comportamiento lascivo... Y no había podido disfrutar de lo que significa encontrarse con alguien y sentir, en efecto, que se puede establecer una relación que trascienda los límites de lo amoroso. Ya no sé si eso me quitó tiempo; lo que sí sé es que me permitió estar tranquilo y praparado para llegar a aquella noche de marzo en que nos conocimos, hace más de 367 días... Aquella noche de juerga improvisada que nos condujo a estar en el lugar y en el momento exacto.


Y ahí estaba el placer erótico y el placer del alma... Juntos, en una sola persona. En ti. Ahí estaba la recompensa, el regalo esperado, pedido... merecido. Ahí estabas tú, invitándome a entrar en un mundo diferente, pero similar; en tu mundo. Por Gracia Divina o Lo Que Fuere, acepté (con miedo, fiel a mis características) embarcarme contigo en este viaje, cuya primera materialización ha sido la visita a MachuPicchu. Así de fácil (o así de difícil) se comprende que siempre hay alguien esperando allá afuera. Entre la gente que cada día se cruza en nuestras vidas, hay un elegido que te busca, que sigue tus huellas, que huele tus anhelos. Algunos tardan más que otros y se rinden. Pero otros tenemos la fortuna de hacerlo cuando aún hay tiempo para seguir creciendo. Juntos.


Siento un amor profundo en el corazón. Una sensación a veces madura y en otras irracional. Un amor que me llena de vida, de inspiración y que, por sobre todo, me hace querer cada día un mejor hombre para entregarme sólo al corazón que me pertenece desde aquella noche de marzo.


Gracias.

14 marzo 2007

Este es un pequeño regalo, que conmemora el dia 367 de nuestro primer encuentro, bajos adversas circunstancias.

Espero que este Blog sirva para calmar tu "mostro" interior, esa fuerza que te hace escribir. Ojalá que nunca se agote, por que es parte de tu ser, de tu esencia.
Te amo mucho, quiero que estés feliz, quiero acompañarte siempre.

Andrés