18 abril 2008

Líder de la manada




Partiré este post citando el primer párrafo de varias publicaciones que he leido en Internet en el último tiempo: "Nadie apostaba ni un peso por Mariah Carey...". Al parecer, muchos pensaron que después de Glitter (banda sonora de la terrible película homónima), de su despido en Virgin Records y de las bajas ventas de Charmbracelet... una de las más grandes divas del hip-pop de los 90 estaba acabada. Casi con una sádica sonrisa complaciente anunciaban el comienzo de una nueva era, marcada por jóvenes hermosas y de cuerpos perfectos, cuyo virtuosismo vocal poco importaba (si es que existía).


Pero estaban equivocados: las nóveles y rubias intérpretes de melódicas canciones pop se fueron perdiendo en el camino, cegadas por la fama, el dinero rápido, el seudo-glamour y las fiestas hasta la madrugada. Y mientras el mundo veía el desplome de nombres como el de la-ya-mítica Britney Spears, Mariah se preparaba para dar el gran golpe a la industria musical: sacaría un disco totalmente renovado, limpio y moderno: "The Emancipation of Mimi" (TEOM, Island Records, 2005).


Muchos de los críticos que habían augurado la muerte musical de Mariah debieron recular y aceptar que, independientemente de sus gustos musicales particulares, éste era un gran trabajo. Así lo demostró la opinión generalizada de especialistas y, también, del público, que se agolpó en las tiendas para comprar el álbum. Mimi volvía, así, al tope de todas las listas. Ganaba premios otra vez y dos de sus singles se empinaban en el número 1 del ránking de la revista Billboard. "TEOM" marcaba el renacimiento, desde las cenizas, de la precursora del hip-hop (ese ritmo que tanto usan algunos artistas hoy en día, mezcla de pop, rap y hip hop. ¡Si hasta la mismísima reina del pop, Madonna, lo ha incluido en su último disco!).


Reconocimientos internacionales, fama, fortuna, conciertos multitudinarios: ése fue el ritmo de vida de Mimi entre 2005 y 2008. De ahí en adelante, expectación: ¿podría el siguiente álbum consolidar esta resurrección? Mariah se tomó su tiempo para darnos a conocer la respuesta. Viajó por islas semi desiertas, llamó a nuevos amigos/productores, grabó en estudios propios, compuso, escuchó los resultados, volvió a componer... Todo, con el único afán de sacar a la luz un disco perfecto: natural, honesto, moderno, urbano... Y así fue como, después de retrasar su lanzamiento en dos oportunidades, nos presentó su producción E=MC2 (Island Records).


Hubo risas e incredulidad al saber el nombre oficial del disco. No faltaron quienes cuestionaron su pretensión de acercarse al mundo científico/intelectual a través de la famosa fórmula de la relatividad de Einstein. Pero Mariah se lo tomó con humor y no tardó en aclarar que esto nada tiene que ver con energía, masa ni mucho menos con la velocidad de la luz: "Es como la continuación de la emancipación creativa que tuve con mi álbum anterior. Es como "The Emancipation" a la segunda potencia". Mimi, renovada y corregida.

No se trata sólo de una Mariah que se ve y se siente mejor (con su indiscutible cambio en la apriencia física). Se trata de un álbum que -por su concepto y su sonido- se vuelve indispensable para la música contemporánea. Mariah Carey, fiel a su estilo, entrega 14 composiciones frescas, donde el amor, el desamor, el deseo y el desenfreno se convierten en temas principales. Con aires de R&B, Gospel o tintes de reggae (inédito en la industria), E=MC2, efectivamente, logra escucharse natural y urbano. Se nota una evolución en los conceptos: de la balada melódica a aquella con base hiphop. De las canciones sobre el amor ideal a los descargos por un matrimonio fracasado y opresivo. De los interminables rap-de-negros (con todo respeto) a colaboraciones sutiles, justas y necesarias.


Las canciones de E=MC2 tienen todo para gustar. Para ser esuchadas una y otra vez, no tan sólo por los fanáticos de la voz que ha hecho famosa a Mimi en todo el mundo. ¡La voz! Ése es otro aspecto a destacar: no faltaron los comentarios irónicos que sugerían que Mimi ya no cantaba como antes. Y es cierto: su voz ha sufrido modificaciones, pero al escucharla en este disco nada puede criticarse. Están las inigualables variaciones melódicas entre los graves imposibles y los agudos fascinantes. Hay sutileza e intimidad en las baladas; fuerza y potencia en las interpretaciones más dance. En definitiva, el regreso de "La Voz", como también es conocida.


Mis canciones preferidas de este disco son:


- "For the record": una balada moderna, bien cantada, apasionada, íntima, con un coro atractivo.
- "That chick": moderna, dance, interesante, bailable, pop, setentera (con un sample de Michael Jackson).
- "I wish you well": porque Mariah puede demostrar que puede cantar sola junto a un piano. Una canción mágica, como otrora.
- "Touch my body": perfetca mezcla de pop y hip hop. SI bien la letra no es profunda, es ´pegajosa´ y atractiva.
- "Migrate": modernísima. Muy contemporánea, con sonidos frescos y electrónicos.
- "Bye bye": al más puro estilo de We belong together, habla con franqueza sobre el dolor de la pérdida de seres queridos.
- "O.O.C (out of control)": con tintes setenteros, es una melodía pegajosa, entretenida de cantar, con variaciones vocales.


Excelente disco para demostrar que Mariah Carey sigue siendo única en su género. Tal como una publicación norteamericana la ha llamado: "líder de la manada" (en directa alusión a artistas contemporáneas como Rihana, Beyonce, Christina Aguilera y otras).


Rodrigo Zavala M.

16 abril 2008

Ni ídolo(s) ni héroe(s)



¿Cómo puede ser que se subestime tanto a los lectores de diaris de nuestro país? No sólo a ellos, sino que también a los cientos de televidentes que no tienen otra compañía que los programas mañaneros... ¿O, acaso, son ellos -los "consumidores"- los que lo exigen? Cualquiera sea la relación de causa-efecto (o codependencia), el resultado para mí es el mismo: inundan los espacios públicos, mediáticos y físicos, con material vomitivo, malamente clasificado como noticia.

Me rehúso a creer que el borreguismo se ha implantado en nuestra sociedad. No porque uno o dos diarios de circulación nacional lleven en portada las mismas basuras de siempre, niños, jóvenes, adultos y ancianos van a considerarlo una pauta válida para las conversaciones cotidianas. Esos temas no pueden instalarze, así, naturalizados, al repertorio de situaciones interesantes para discutir. Por lo menos, no con la importancia que se le está otorgando actualmente.

Estoy cansado de ´Amor ciego". De ´Cari´, Edmundo y todo eso. Al principio opté por hacerme el desentendido. "No le des importancia. Haz como si ellos no existieran", me dije. Pero no puedo. El bombardeo es tal que me es imposible abstraerme de este ´fenómeno´ televisivo y hecho a medida para que la bella modelo comience una carrera en Canal 13. Están en todos lados y, aunque quiero, no me dejan vivir en paz.

De todo esto, quien más me tiene sobrepasado es Edmundo. Suelo no tener instintos homicidas, pero en un par de ocasiones he considerado que la únicasolución para éste, mi problema, es eliminar a ese personaje (y no persona) de la faz de la Tierra. Pero, afortunadamente, vuelvo a mis cabales rápido y ni siquiera llego a trazar un plan para concretarlo.


Hace mucho que no sentía tanta hostilidad contra alguien (y eso que debo haber visto -a lo más- ese programa de citas en dos ocasiones, y ni siquiera completo). No lo conozco personalmente -¡por la Gracia de Dios!-, pero puedo afirmar que en este momento ocupa el primer lugar en la lista de mis enemigos públicos. Llega un punto en que no necesitas del contacto o la cercanía física para sentir atracción/repulsión: a tal puntoo está infestada la atmósfera de su nombre, su vida y su ´obra´.

Gratuitamente, me he enterado de su altisonante voz, de su caprichoso existir, de su armado discruso amoroso, de sus declaraciones clichés, de sus conflictos existenciales, de su frustrada carrera como futbolista, de su personalidad agresiva, de su falta de cultura. ¡Y la lista suma y sigue! "¿Por qué?", me pregunto. ¡Por qué! ¿Tan escasos de hechos o personajes que han hecho algo por el mundo estamos? ¿Tanta importancia tiene alimentar el morbo y el exhibicionismo de un hombre cuya existencia no alteraré en lo más mínimo la alineación cósmica? Sinceramente, me parece mucho. Y vergonzoso.
No sería justo decir que todos se vuelven locos por él (si así fuera, esta humilde opinión no tendría sentido). Todavía queda un reducto de personas que se niegan a caer en la tentación de considerar a Edmundo como un ser real. Hoy está siendo inspiración de mis palabras (¡quién lo diría!), no por considerarlo importante dentro de mi mundo, sino que, precisamente, porque estoy consciente de que se trata de un producto con fecha de caducidad; de un desagradable personaje nacido de un experimento, pero no de un ser real. Esto es un show que, lamentablemente, debe continuar hasta que siga dando dividendos.

Rodrigo Z.