16 abril 2008

Ni ídolo(s) ni héroe(s)



¿Cómo puede ser que se subestime tanto a los lectores de diaris de nuestro país? No sólo a ellos, sino que también a los cientos de televidentes que no tienen otra compañía que los programas mañaneros... ¿O, acaso, son ellos -los "consumidores"- los que lo exigen? Cualquiera sea la relación de causa-efecto (o codependencia), el resultado para mí es el mismo: inundan los espacios públicos, mediáticos y físicos, con material vomitivo, malamente clasificado como noticia.

Me rehúso a creer que el borreguismo se ha implantado en nuestra sociedad. No porque uno o dos diarios de circulación nacional lleven en portada las mismas basuras de siempre, niños, jóvenes, adultos y ancianos van a considerarlo una pauta válida para las conversaciones cotidianas. Esos temas no pueden instalarze, así, naturalizados, al repertorio de situaciones interesantes para discutir. Por lo menos, no con la importancia que se le está otorgando actualmente.

Estoy cansado de ´Amor ciego". De ´Cari´, Edmundo y todo eso. Al principio opté por hacerme el desentendido. "No le des importancia. Haz como si ellos no existieran", me dije. Pero no puedo. El bombardeo es tal que me es imposible abstraerme de este ´fenómeno´ televisivo y hecho a medida para que la bella modelo comience una carrera en Canal 13. Están en todos lados y, aunque quiero, no me dejan vivir en paz.

De todo esto, quien más me tiene sobrepasado es Edmundo. Suelo no tener instintos homicidas, pero en un par de ocasiones he considerado que la únicasolución para éste, mi problema, es eliminar a ese personaje (y no persona) de la faz de la Tierra. Pero, afortunadamente, vuelvo a mis cabales rápido y ni siquiera llego a trazar un plan para concretarlo.


Hace mucho que no sentía tanta hostilidad contra alguien (y eso que debo haber visto -a lo más- ese programa de citas en dos ocasiones, y ni siquiera completo). No lo conozco personalmente -¡por la Gracia de Dios!-, pero puedo afirmar que en este momento ocupa el primer lugar en la lista de mis enemigos públicos. Llega un punto en que no necesitas del contacto o la cercanía física para sentir atracción/repulsión: a tal puntoo está infestada la atmósfera de su nombre, su vida y su ´obra´.

Gratuitamente, me he enterado de su altisonante voz, de su caprichoso existir, de su armado discruso amoroso, de sus declaraciones clichés, de sus conflictos existenciales, de su frustrada carrera como futbolista, de su personalidad agresiva, de su falta de cultura. ¡Y la lista suma y sigue! "¿Por qué?", me pregunto. ¡Por qué! ¿Tan escasos de hechos o personajes que han hecho algo por el mundo estamos? ¿Tanta importancia tiene alimentar el morbo y el exhibicionismo de un hombre cuya existencia no alteraré en lo más mínimo la alineación cósmica? Sinceramente, me parece mucho. Y vergonzoso.
No sería justo decir que todos se vuelven locos por él (si así fuera, esta humilde opinión no tendría sentido). Todavía queda un reducto de personas que se niegan a caer en la tentación de considerar a Edmundo como un ser real. Hoy está siendo inspiración de mis palabras (¡quién lo diría!), no por considerarlo importante dentro de mi mundo, sino que, precisamente, porque estoy consciente de que se trata de un producto con fecha de caducidad; de un desagradable personaje nacido de un experimento, pero no de un ser real. Esto es un show que, lamentablemente, debe continuar hasta que siga dando dividendos.

Rodrigo Z.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

tu sabes que concuerdo contigo.


es absolutamente lamentable que le entreguen esta basura a la gente que no tiene más medios para aprender.

no odio a Edmundo como tú, sólo me da risa su lamentable aparición, es mejor quedarse en casa que exponerse tan vergonzosamente.


te amo. textraño mucho

besos

tú esmísmar

Anónimo dijo...

Vaya, parece que eso del "borreguismo " televisivo tiene alcance mundial