29 junio 2007

¿A quién le han empatado?

Medité bastante antes de actualizar mi Blog con este tema. Me había inspirado hace un tiempo atrás, pero después cosideré que no debía darle tantas vueltas a asuntos sin ninguna importancia real. Quise "bajarle el perfil" a un fenómeno -si es que se puede llamar así- que cada día va ganando minutos en la TV o portadas en los diarios chilenos: "Soy un weón grave", me dije...

Ahora que han pasado los días desde que quise escribir de esto por primera vez, sigo creyendo que soy grave; porque sigo siendo testigo de lo que ocurre y sigo despotricando contra quienes -desde mi modesto punto de vista- son los responsables de una suerte de idiotización que se ha tomado los medios de comunicación, con una claro estandarte a la cabeza de todo: ese grupo de poco honorables mujeres que se sacan los ojos, se muestran los dientes afilados y con sus garras se aferran a cualquier artilugio barato para no quedar fuera de combate.

Hace tiempo que estaba acostumbrado a ver a este tipo de "señoritas" usufructuando de sus relaciones con hombres que en su momento representaban una ventana de exhibición mediática. La memoria colectiva en estos casos no es tan frágil, y recuerda casi con nostalgia las primeras incursiones de modelos como Paola Camaggi (a quien se le involucró hace años con un incipiente Iván Zamorano) o Daniella Campos... a quien, curiosamente (¡mira qué curioso!) con el mismo deportista -que en ese momento hablaba en un "perfectísimo-chileno" y no usaba ropa con la marca a la vista-.

En aquella época se hacían bromas sobre ellas, se les caricaturizaba y en algunos casos se les enjuiciaba moralmente (lo cual me parece de lo más hilarante: ¿quién -me incluyo- tiene autoridad para hacer ese ejercicio tan pretencioso?). Sin embargo, las tórridas historias de amor (o "de amistad", como tímidamente declaraban en un principio los involucrados) poco a poco iban perdiendo su potencial atractivo para la prensa. ¡Claro!, porque en ese tiempo no existía la actual plétora de programillas que se autodenominan "de farándula" que azuzaran el espíritu voyerista de los televidentes.

Ahora, el terreno está despejado para todo tipo de áspides que se hacen ricas y famosas de la noche a la mañana, sin tener ni siquiera un talento reconocible. Y eso es lo que más me indigna y me desconcierta: el hecho de que sean sólo una mala copia de Barbie -o su versión a escala-, y que sus actos tengan tanta cobertura, poniéndolas a la par de hechos que son realmente trascendentes para los ciudadanos de un país que tiene problemas más importantes que resolver que un show barato entre una esposa y su (gorreado) marido.

¿Qué nos ofrece Coté López? Pero seamos sinceros: de verdad, ¿qué nos ofrece? Nada. Es sólo una mujer común que se ha estado alimentando de las portadas, entrevistas, comentarios y hasta reportajes que se han hecho de ella en el último tiempo. ¿Cómo es posible que su vida privada interese de este modo? Porque, mal que mal, lo que ella haga en la cama es asunto de ella, su marido y el amante. De nadie más. Pero no: ella se ha dado el tiempo para "aclarar", "hacer declaraciones" y todo tipo de actividad que antusiasma tanto a los famosillos de tercera y cuarta categoría que no son capaces de hacer noticia por los talentos que poseen.


Y que conste que éste no es un ataque teledirigido. La pobre Coté López sólo es un engranaje en esta tremenda máquina que maneja la farándula. Tal como hoy es ella, mañana lo será otra (por coincidencia, las que nombraré son todas subias)... y así sucesivamente. Los diarios seguirán publicando en primera plana a un montón de "aspirantes" a famosas que no les importa que su nombre sea manoseado (¿debería cambiar esta última palabra, para que no se entienda como una alusión directa por alguna de ellas?). En definitiva, gente que no tiene nada que entregar más allá de sus enredos.

En esa línea, tenemos también a "Luly" (o Luli, como quiera que sea), una niña-mujer de ensortijado cabello rubio -al menos en apariencia- que se pasea por los canales de televisión mostrando su cuerpo envaselinado y hablando como alguien con un severo retraso mental. Reconozco que algo de brillantez debe haber en alguien que gana plata a montones con eso, pero, ¿no será mucha la importancia que se le da?: que si la secuestraron; que si la echaron; que si vendió o no su automóvil... Un verdadero circo romano en el que, lamentablemente, todavía no hay una figura que se erija como el emperador que baja el pulgar para terminar con todo de una vez.

Insisto: no se trata de críticas personales. Es cierto que estas "señoritas" (insisto con las comillas) no son "santas de mi devoción" (derechamente, me caen bastante mal) y que si doy nombres es sólamente porque ellas son la cara visible de este fenómeno que es mucho más amplio y que también encierra a otras mujeres que se han venido ganando la vida a costa de fuego cruzado de declaraciones, destapes baratos y coqueteos con el mundo de la opinlogía.

Éste es mi modo de desahogarme. De lanzar un dardo cuyo blanco son nombres tan conocidos como el de Adriana Barrientos, la Marengo, la Granata... y, por supuesto, Luli y Cotetita López. ¡Ricas ellas!

Rodrigo

7 comentarios:

Anónimo dijo...

me equivoque y las use al reves

gigigigi
sorry

te amo

Anónimo dijo...

lo arregle!!!


todo por amor.


:)

Anónimo dijo...

Y es legítimo que hagas ese despotrique contra lo que consideras injusto...para eso tenemos esta herramienta; lo complicado viene cuando se disfruta lo que se critica en una clara contradicción vital (pero creo que no es tu caso).

Coté López es muy niñita, Kenita Larraín es bastante trepadora, Nicole Moreno (a.k.a. Luli) no ayuda contribuyendo a extender un mal estereotipo de las mujeres "rubias y tontas". Pero el paradigma de esta farándula es Adriana Barrientos: aparte de poco agraciada, es una persona amarga que sólo se dedica a inventar historias y a disfrutar de sus venganzas personales. ¿Esta clase de personajes patéticos se aceptan en nuestra TV?

Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

tienes toda la razon en lo que escribes, me gusta como planteas una situacion que se esta viendo en la televisio y nadie hace nada para detenerlo. Escribes muy bien y refleja exactamente lo que muchos sentimos, lo bueno seria que iniciativas como esta pudieran llegar a cambiar algo, para que la tv no se pierda entre tanta mina estupida que no tiene nada que aportar.

Marcos delapolera jajajaaa

Anónimo dijo...

todas son unas prostitutas

vlv dijo...

cierto eso de ricas...mucho mas impactante q eso es el reflejo social...alguien podrá decir que pasa en todo el mundo...entonces será un reflejo global, pero no olvidemos que en muchos otros lugares del mundo, ya no temen que les digan..."de lo que se preocupan...y no le han ganado a nadie", nosotros, como "país en desarrollo" deberíamos, sinceramente, PREOCUPARNOS.

Anónimo dijo...

la coté lópez no es una mujer común (es `´as rica que la cresta)y de pobre no tiene nada. sabe perfectamente lo que hace.